viernes, 30 de enero de 2009

ESPECIAL, DEDICADO A MARIJOSE

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LA OPORTUNIDAD

Miré su cara y me dije:
_no es ella_.

Y ella me miraba,
y lo era.

Y ella me sonreía.
Quería tomar mi mano
y yo no se la ofrecía.

Miré su cara y me dije:
_no es ella_.

Y ella me miraba,
y lo era.

Y ella, se marchó despacito
al compás
de sus caderas.

martes, 27 de enero de 2009

DEDICADO: A MERCHE Y PACO (Madrid)

Bermuzo, el flautista

No debo caminar en la cuerda floja, no debo caminar en la cuerda floja, decía el Arlequin flautista, mientras balanceaba su cuerpo sobre los hilos del pentagrama, como no podía guardar el equilibrio, decidió tocar su canción preferida, entonces las corcheas y semicorcheas se acomodaban a su paso, sirviendo de soporte para sus pies. Así fue avanzando, pero el camino era largo, y de pronto se quedó sin aliento, no hubo más blancas, no más negras, ni una sola corchea, con el último aliento que le quedaba, sopló una andanada de notas, y corrió, logrando llegar al otro lado.El arlequin fue feliz y apareción en un blog.
Colorin colorado, este cuento se ha acabado.
(Texto: Johan Bush Walls)

domingo, 25 de enero de 2009

sábado, 24 de enero de 2009

ESPECIAL, DEDICADO A LA CARMELA

¿Seguimos recordando? Jajaja!!

ESPECIAL, DEDICADO A LOLA (Sevilla)

¿Te acuerdas, Lolilla?
Qué años tan buenos...

sábado, 17 de enero de 2009

domingo, 11 de enero de 2009

ÉRASE QUE SE ERA...

Érase que se era
un jardín de fina hierba.

Entre matas, chinos y tierra
surgen las margaritas,
flores finas y sencillas
que dejan caer sus hojillas
al compás de un “sí”
y un “no”.

Érase que se era
un jardín de fina hierba.

De ojos verdes y grandes,
de boca dulce, pequeña.
Tenía el jardín
las manos suaves,
el pelo fresco,
la risa lenta.

Érase que se era
Un jardín de fina hierba.

domingo, 4 de enero de 2009

sábado, 3 de enero de 2009

EL DESCANSO DE LAS MARIPOSAS

“Mariposa y Colores”

Despliega
sus alas
la mariposa
vistiendo
de color
el azul celeste
del cielo,
Y es su vuelo
como alma blanca,
el despertar
de un sueño.
Bajo los pinos
verdes
se asoman
aromas nuevos
y un manto negro
de sombras
anda al acecho.
Abanicos
de navajas
empujados
por el viento.
Se abre
amarillo,
el horizonte incierto
y sin encontrar
nubes rosas
que le den juego,
se pierde
el sol
frente al naranja
Intenso.

¡Cuánto le duelen
sus besos!

Tanto, que sangra
de rojo pasión
el ocre
de los campos
yermos.